sábado, 25 de febrero de 2012

Casa...¿segura?

       EL INVITADO (SAFE HOUSE) (2012)

   Dirigida por Daniel Espinosa


 Título original: Safe house. Dirección: Daniel Espinosa. País: USA. Año: 2012. Duración: 115 min. Género: Acción, thriller. Interpretación: Denzel Washington (Tobin Frost), Ryan Reynolds (Matt Weston), Brendan Gleeson (David Barlow), Robert Patrick (Daniel Kiefer), Sam Shepard (Harlan), Liam Cunningham (Alec), Vera Farmiga (Catherine), Rubén Blades (Carlos Villar). Guion: David Guggenheim. Producción: Scott Stuber. Música: Ramin Djawadi. Fotografía: Oliver Wood. Montaje: Richard Pearson. Diseño de producción: Brigitte Broch. Vestuario: Susan Matheson. Distribuidora: Universal Pictures International Spain.

Matt Weston (Ryan Reynolds) lleva un año en Ciudad del Cabo trabajando como “guardián” de un piso franco. Aspira a convertirse en un agente respetado en la CIA, y se siente frustrado al no haber sido destinado a un puesto con más acción. Pero cuando el primer huésped del piso resulta ser el peligroso Tobin Frost (Denzel Washington), Weston se prepara para lo peor. Frost, antaño uno de los mejores agentes encubiertos que tuvo la CIA, ha conseguido escapar de sus perseguidores durante casi una década, tiempo que ha dedicado a vender secretos militares al mejor postor. Tan pronto como Frost llega para ser interrogado, aparecen unos mercenarios que arrasan el piso franco de Weston. Los dos consiguen escapar por los pelos, y ahora tendrán que descubrir si sus atacantes fueron enviados por terroristas o por alguien de dentro dispuesto a matar a cualquiera que se interponga en su camino. Weston deberá decidir en quién confía antes de que les eliminen.

"París bien vale una misa". Este popular dicho puede aplicarse perfectamente a la película que nos ocupa, ya que podemos afirmar de un tiempo a esta parte que "Denzel bien vale el precio de una entrada".  El actor siempre es una apuesta segura, y supone un reclamo bastante jugoso a la hora de elegir qué película ver. Y si encima lo acompañamos del cada vez más habitual en las pantallas Ryan Reynolds (que nos ofreció un verdadero "tour de force" interpretativo en Buried (2010), pero que lo más habitual es que termine resultando resultón pero soso), y de un puñado de competentes secundarios (de esos que nos suenan pero no sabemos ubicar frecuentemente), ya tenemos pie y medio en el cine. Ese poder de convocatoria lo adquieren muy pocos, incluso a pesar de que el bueno de Denzel parece haberse estancado en un tipo de papel determinado en los últimos años. Pero se lo perdonamos porque tiene carisma, presencia en pantalla, y evidentemente porque es muy buen actor. Te lo crees haga lo que haga.

"El invitado" empieza como un thriller sobrio, interesante, para ir derivando poco a poco en una película de acción convencional, en la que sabes todo lo que va a pasar, pierde el factor sorpresa (es realmente indignante descubrir un aspecto clave de la trama a la media hora de proyección, únicamente con estar un poquito atentos a lo que vemos) y termina con un final autocomplaciente. Incluso puede dar la impresión de que se vuelve repetitiva en ciertos momentos, demostrando un agotamiento en el guión. También se echa en falta algo más de mala leche a la hora de acusar a las agencias gubernamentales de los EEUU de corrupción y de alimentar todo tipo de teorías de la conspiración. Pero no importa, porque sale Denzel...

La película sufre un mal endémico que viene asolando a buena parte de las cintas de acción de los últimos años, los mareantes movimientos de cámara que Paul Greengrass puso de moda en la saga de Jason Bourne. En una pelea sería bueno poder ver algo de manera nítida, y no cámara arriba y cámara abajo, puño por aquí y patada por allá. Y en el film que nos ocupa es una auténtica pena, porque se trata de una violencia muy física, con peleas muy reales y conseguidas. Pero no importa, porque sale Denzel...



A su favor tiene un ritmo endiablado que no da ni un momento de respiro, y también que supone un acierto el ubicarla en Sudáfrica, alejándola así del encorsetamiento que suponen las localizaciones en ciudades de EEUU. Este escenario también influye en la acertada fotografía, muy próxima a la que utiliza Tony Scott en sus películas y de las que parece beber esta "Safe House" en muchos de sus minutos de metraje. Y por supuesto, que sale Denzel...

Como conclusión, decir que es la típica película de acción que nos lo da todo muy mascadito, de esas que nos dan casi dos horas de entretenimiento puro y duro y de la que no debemos esperar nada más, porque están concebidas para que nos abstraigamos de todo lo que nos preocupa.

LO MEJOR: Tobin Frost y la persecución en coche.

LO PEOR: Muy previsible y sin capacidad de sorpresa.

Mi Nota: 7/10








miércoles, 22 de febrero de 2012

Transcendentalismo bajo cero

    INFIERNO BLANCO (THE GREY) (2012)

   Dirigida por Joe Carnahan


Película: Infierno blanco. Título original: The grey. Dirección: Joe Carnahan. País: USA Año: 2012. Duración: 115 min. Género: Acción, drama, thriller. Intérpretes: Liam Neeson (Ottway), Dermot Mulroney (Talget), Frank Grillo (Diaz), Joe Anderson (Flannery), James Badge Dale (Lewenden), Dallas Roberts (Henrick), Nonso Anozie (Burke), Ben Bray (Hernandez). Guion: Joe Carnahan y Ian Mackenzie Jeffers; basado en el relato corto “Ghost walker”, de Ian Mackenzie Jeffers. Producción: Joe Carnahan, Jules Daly, Ridley Scott y Mickey Lidell. Música: Marc Streitenfeld. Fotografía: Masanobu Takayanagi. Montaje: Roger Barton y Joseph Jett Sally. Diseño de producción: John Willett. Vestuario: Courtney Daniel. Distribuidora: DeAPlaneta.




En “Infierno blanco”, el personaje interpretado por Liam Neeson es el líder de un indisciplinado grupo de trabajadores de una refinería cuyo avión se estrella en las remotas montañas de Alaska. Los supervivientes, expuestos a heridas mortales y un tiempo inclemente, disponen de pocos días para escapar de los gélidos elementos. Y por si el terrible frío fuera poco enemigo, una manada de lobos salvajes, amenazantes y sanguinarios, persiguen incansablemente a sus presas humanas. A medida que las indefensas víctimas caen una a una, las posibilidades de supervivencia del último de estos hombres son cada vez más remotas.

No sabría identificar el género concreto en el que se mueve esta película. ¿Drama de supervivencia? ¿Aventura de terror? ¿Thriller existencial? Tal vez todos, tal vez ninguno. Y posiblemente sea cierta esta afirmación, porque hay algo de cada uno de ellos, la película no termina de decantarse por ninguno, y esta amalgama de propuestas no hace más que confundir al personal. ¿Con cuál de los perfiles nos quedamos? Demos un repaso por todos ellos.

Basada en el relato corto "Ghost Walker", a un prólogo duro y conciso, con una desasosegante voz en off, le sigue uno de los accidentes aéreos posiblemente mejor rodados de todos los tiempos, realmente impactante y brutal. Ahí comienza la odisea de un puñado de personas atrapadas en una situación extrema, una nueva muestra de "hombre vs naturaleza", de una supervivencia al límite. Hasta ahí bien. Pero lo que se presume como una palomitera cinta de aventuras se convierte por arte de magia en un ejercicio de introspección, un intento de dar profundidad a la trama a través de pretenciosos diálogos y flasbacks inoportunos que literalmente rompen los momentos de tensión más asfixiantes de la película. Y si se pretende darle este tono a la película hay que rodearse de un elenco de actores que sepan transmitir el drama que se está viviendo en ese grupo de supervivientes. Pues bien, al torturado y duro personaje que construye Liam Neeson no le acompaña ninguno de los intérpretes, básicamente le ponen en bandeja ser la estrella de la función. Su transformación a lo largo de la película es fascinante, y se cierra con un bellísimo plano final en el que ves el giro que ha dado su forma de pensar y de enfrentarse a la vida. Sin querer parecer cruel, realmente te importa un pimiento lo que le pase a los demás personajes, no se llega a producir un ápice de empatía con ellos, no te crees su sufrimiento, porque son muy planos. Y eso es muy peligroso en una película que quiere ir de profunda. Que conste que yo siempre abogo por un tratamiento inteligente de los diferentes géneros, que no todo van a ser estúpidas películas de acción para pasar el rato, pero si te adentras en terrenos inhóspitos a la hora de innovar debes tener mucho cuidado, porque te puede pasar lo que en esta "The Grey".




Por otro lado, la película sí consigue transmitir suspense en ocasiones,incluso miedo cuando escuchamos a los lobos que están acechando a los personajes. Aunque considero que se llega a abusar del susto fácil sí me he sobresaltado un par de veces. Sí te crees que esas personas están en una situación límite, pero gracias a la ambientación, gracias a los parajes en los que está rodada la película, que escenifican a la perfección ese infierno blanco al que hace referencia el título. El montaje de sonido también es muy, muy bueno, cualquier sonido del bosque hace que tú también estés alerta y que esperes en cualquier momento la aparición de los lobos. Sugestión muy conseguida, porque la aparición de los animales dejá una sensación más agria que dulce. Los FX cantan y mucho (me han recordado a los que salen en esa saga ridícula formada por Crepúsculo" y las entregas otras de cuyo nombre no me acuerdo), y es cuando volvemos al animatrónico de toda la vida cuando te crees a esos lobos. Por otro lado me gustaría comentar que asociaciones como PETA se han quejado de la imagen que se da de los lobos en esta película, animales sin escrúpulos que son unos maestros a la hora de asesinar personas.

Resumiendo,  una película que intenta abarcar más de lo que puede y que se termina diluyendo en innumerables disquisiciones existenciales, con flasbacks innecesarios que anulan la tensión conseguida en un puñado de escenas.

LO MEJOR: Liam Neeson y el poético final. La ambientación.

LO PEOR: Lo pretencioso que resulta el intentar darle una profundidad cuando no se sabe hacerlo.

MI NOTA: 6,75/10











domingo, 19 de febrero de 2012

Mi amigo Joey

WAR HORSE (CABALLO DE BATALLA) (2011)

Dirigida por Steven Spielberg


“War horse (Caballo de batalla)” nos cuenta la extraordinaria historia de amistad que surge entre el joven Albert y un caballo llamado Joey, separándose sus caminos a causa de la Primera Guerra Mundial. El padre de Albert vende a Joey a la caballería del ejército británico para luchar en el frente. Joey será testigo de un extraordinario periodo de la Historia con la Gran Guerra como trasfondo. A pesar de los obstáculos que encuentra en su camino, su coraje será fuente de inspiración para todos los que se cruzan con el noble animal. Albert no puede olvidar a su caballo y abandona su hogar para luchar en los campos de batalla de Francia. Allí busca incansablemente a su amigo para traerlo sano y salvo a casa.


Steven Spielberg es como el algodón, no engaña. En toda su carrera como cineasta no ha ocultado casi nunca sus cartas, tiene un estilo definido y casi nunca se salta sus propias reglas, y cuando lo hace le suelen salir obras maestras como Munich (2005) o Salvar al soldado Ryan (1998). Es evidente que todos los grandes directores tienen sus mal llamadas "obras menores", y digo mal llamadas porque algunas escenas de esta "War Horse" valen por sí solas el precio de la entrada, algo que no se puede decir de una gran cantidad de las películas que se estrenan cada año en los cines. A Spielberg le basta con aplicar su fórmula para hacer un entretenimiento 100% disfrutable en sus más de dos horas de metraje.

"War Horse" se cataloga como una de esas películas, a Spielberg se le ha achacado que dirige con el piloto automático y que se encuentra en el ocaso de su carrera, sin nada más que ofrecer. Lo siento, pero se equivocan. "War Horse" es un sincero homenaje al cine clásico de nombres tan ilustres como John Fordparadigma del cine de aventuras del que bebe esta película. La premisa es muy simple: adolescente cría a caballo, caballo es vendido como montura de guerra y adolescente sale a la búsqueda de caballo. No hace falta nada más, especialmente si el espectador es tan llorica como un servidor y ve que se van agotando minuto a minuto las reservas de kleenex.

¿El problema? Que Spielberg ha hecho una película para todos los públicos en todos los sentidos. Y eso quiere decir que no se le va la mano con la sangre. No es que no se le vaya, sino que os invito a encontrar algo más que una gota de sangre en todo el metraje. El director ha optado por ofrecer una película en la que no se retrate con toda crueldad el infierno que supuso la 1ª Guerra Mundial, tanto para los soldados como para los auténticos protagonistas de la cinta, los caballos. Hay atisbos, sí, pero nada que ver con los cuerpos destrozados de "Salvar al soldado Ryan" o la extrema crudeza retratada en el campo de concentración de La lista de Schindler (1993). Es una película para disfrutar en familia, de esas que generan aficionados al cine, llena de sentimientos, un canto a la amistad, a la camaradería... Pero ojo, no estoy diciendo que no tenga momentos duros, especialmente para los que amamos a los animales. En esta cinta Spielberg opta por "lo que no se ve", ayudándose de unas aspas de molino o de unos caballos sin montura, entre otros trucos de cámara. Y ahí es donde se demuestra la maestría de este cineasta, su toque personal, ese que hace que sea uno de los más grandes directores de nuestro tiempo, por mucho que les pese a algunos.



Lo que funciona no hay que tocarlo, y Spielberg se vuelve a rodear de su equipo habitual, con un Janusz Kaminski que vuelve a demostrar ser un maestro en lo que a dirección de fotografía se refiere, ya que nos traslada sin ningún tipo de problema de una granja inglesa a las horrendas trincheras en las que los soldados aguardaban con creciente terror el momento de cargar... No puede faltar la música de John Williams, cuya partitura da cierta impresión de "déjà vu", pero que sigue cargando aún más de emotividad a ciertas escenas. Todo ello sin olvidar los magníficos efectos visuales, siempre al servicio de la función en lo que a Spielberg se refiere, así que en esta ocasión no iba a ser menos.

Y ese es uno de los lunares de la cinta. Es brillante en el aspecto técnico pero algo vacua en lo que a interpretaciones se refiere. Los caballos que salen en la película se llevan todo el protagonismo, algo significativo teniendo que cuenta que el reparto hay gente como  Emily Watson y Peter Mullan, por nombrar algunos.No lo hacen nada mal, pero en ocasiones parecen meras comparsas.Pero es lo que hay, el protagonismo en esta ocasión es para los equinos, sus expresiones, sus reacciones...sin duda destacable trabajo del equipo de entrenadores.

En resumen, gran película de aventuras con todo lo bueno y lo ¿malo? de Spielberg.

Lo mejor: La escena del caballo en el campo de batalla.

Lo peor: Baja el ritmo hacia la mitad de la película.

Mi nota: 8,5/10