sábado, 24 de febrero de 2018

Crítica: Black Panther (2018)

FICHA TÉCNICA
Título: Black Panther País: Estados Unidos Género: Acción, Aventuras, Ciencia-Ficción Duración: 134 minutos Director: Ryan Coogler Guión: Ryan Coogler y Joe Robert Cole, basado en los Cómics Marvel de Stan Lee y Jack Kirby Productores: Victoria Alonso, Jeffrey Chernov, Louis D' Espósito, Kevin Feige, Stan Lee, Nate Moore Música: Ludwig Göransson Fotografía: Rachel Morrison Montaje: Debbie Berman, Michael P. Shawyer Intérpretes: Chadwick Boseman, Michael B. Jordan, Lupita Nyong`o, Danai Gurira, Martin Freeman, Daniel Kaluuya, Letitia Wright, Winston Duke, Sterling K. Brown, Angela Bassett, Forest Whitaker, Andy Serkis, Florence Kasumba, John Kani, David S. Lee, Nabiyah Be, Isaach De Bankolé, Connie Chiume, Dorothy Steel, Danny Sapani Estreno en España: 16 de febrero de 2018 Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años



SINOPSIS: “Black Panther" cuenta la historia de T'Challa quien, después de los acontecimientos de "Capitán América: Civil War", vuelve a casa, a la nación de Wakanda, aislada y muy avanzada tecnológicamente, para ser proclamado Rey. Pero la reaparición de un viejo enemigo pone a prueba el temple de T'Challa como Rey y Black Panther ya que se ve arrastrado a un conflicto que pone en peligro todo el destino de Wakanda y del mundo.


 CRÍTICA: Antes de que Thanos ponga todo patas arriba en la esperadísima Vengadores: Infinity War (2018), el Universo Cinematográfico Marvel (UCM) sigue expandiéndose de manera exponencial, y continúa abriendo franquicias de superhérores una detrás de otra. En esta ocasión le ha llegado el turno a Black Panther, un personaje que tuvo una breve pero explosiva aparición en Capitán América: Civil War (2016), y del que, evidentemente, nos quedamos con ganas de saber más. El proyecto se le encargó a Ryan Coogler (Oakland, 1986), responsable de la muy reivindicable Fruitvale Station (2013) y de Creed (2015), la (hasta el momento) última entrega de la saga Rocky, que elevó notablemente el nivel de una franquicia que parecía abocada al fracaso. Y su inclusión en el UCM no ha podido ser más acertada, ya que nos ofrece un blockbuster tremendamente disfrutable, que triunfa porque en ocasiones se aleja de los cánones establecidos en otras franquicias basadas en los cómics y que funcionaría exactamente igual lejos del amparo del gigante marveliano, puesto que la entidad propia que presenta o el hecho de que se acerque a temáticas más enfocadas a inquietudes sociales que al puro espectáculo, algo que hasta ahora pensábamos que no podía cuajar en el estilo Marvel,  la hacen única en su género, consiguiendo que la mayor parte de la crítica se ponga de acuerdo en alabarla.

                    
             Parte de estas alabanzas vienen por el hecho de que los responsables han arriesgado dotando a la película de un trasfondo social y hasta reivindicativo en el plano racial, velado (o no tanto) guiño al pueblo afroamericano. El guión trata temas tan variados como el tráfico de armas destinado a influir en las guerras civiles, la explotación indiscriminada de los recursos naturales, como sucede en África, reflejados en el Vibranium (material del que está hecho el escudo del Capitán América) que se extrae de las entrañas de Wakanda, o la difícil situación que se vive en los barrios marginales de las grandes ciudades. También están presentes temas más universales como la lealtad, la venganza o la familia. Es por ello que aseveramos que la película trata en todo momento de tener una identidad propia y que no impide que triunfe.

                            
                  El diseño de producción es fantástico. Wakanda luce maravillosamente, la paleta de colores utilizada para el diseño del país africano en el que reina T'Challa es tan variada, tan rica, que se queda grabada en la retina, al igual que el vestuario, ya que túnicas, armaduras etc...denotan una creatividad exquisita. La fotografía consigue captar muy positivamente la riqueza del relieve africano, entremezclado con un futurista diseño "high-tech" que podemos disfrutar en las localizaciones en el interior de la montaña. Las escenas de acción están bien ejecutadas, como la persecución por las calles de Busán, aunque echo en falta algo más de claridad en algunas de las peleas cuerpo a cuerpo, algo confusas en ocasiones. En la batalla final el CGI canta demasiado, se deben pulir esos aspectos para que los FX estén perfectamente integrados en la imagen. También es destacable la banda sonora, ya que por un lado tenemos la partitura compuesta por Ludwig Göransson, y por otro lado el ritmo "hip-hop" que aporta Kendrick Lamar, logrando una fusión curiosa pero muy potente en pantalla.


                   El reparto, en un alto porcentaje, es afroamericano. Chadwick Boseman (Anderson, 1977) es el rey T'Challa, que en sus ratos libres salva al mundo como Black Panther, mientras lidia con las vicisitudes propias de la corona. No es una mala actuación, pero tiene ciertas escenas (una en particular) en las que parece un principiante y su interpretación se vuelve algo encorsetada. El punto de humor lo pone Martin Freeman (Aldershot, 1971), sin llegar a ser a caer en la caricatura como suele ser habitual en personajes de estas características. También aparece el que podemos considerar actor fetiche de Coogler, Michael B.Jordan (Santa Ana, 1987), como un mercenario que trabaja con el villano de la función, Ulysses Klaue, interpretado por Andy Serkis (Ruislip, 1964), que le está cogiendo el gusto a esto de dar la cara actuando, ya que debemos recordar que ha sido el encargado de dar vida a personajes ya míticos como Gollum, King Kong o César, el protagonista de la nueva trilogía de El Planeta de los Simios. Pero en esta ocasión, las que se comen la pantalla y a sus compañeros de reparto son las intérpretes femeninas, como Danai Gurira (Grinnel, 1978), famosa por su personaje de Michonne en The Walking Dead, que encarna a Okoye, la jefa de las Dora Milaje, la guardia personal del rey de Wakanda, cuya lealtad al país es tan fuerte que a veces choca con T`Challa por ciertas cuestiones. También me ha parecido muy refrescante la actuación de Letitia Wright (Georgetown, 1993) como Shuri princesa de Wakanda, especialista en tecnología y que se encarga de diseñar los "gadgets" de Black Panther, al más puro estilo Q de la saga de James Bond. 

                    En definitiva, una película notable que quiere tener su propia personalidad dentro del Universo Marvel, que ofrece retazos de inquietud social mezclada con la espectacularidad típica de estas producciones. Es cierto que quizá el metraje sea excesivo debido a algunas tramas secundarias que aportan poco al conjunto, pero no es algo que arruine la película. Imprescindible disfrutarla en una sala de cine.

NOTA: 8/10 

jueves, 15 de febrero de 2018

Crítica: 15:17 Tren a París (2018)

FICHA TÉCNICA
Título: The 15:17 to Paris País: Estados Unidos Género: Drama, Histórico, Thriller Duración: 94 minutos Director: Clint Eastwood Guión: Dorothy Blyskal, basado en el libro de Anthony Sadler, Alex Skarlatos, Spencer Stone y Jeffrey E. Stern Productores: Clint Eastwood, Jessica Meier, Tim Moore, Kristina Rivera, Bruce Berman, David M. Bernstein, Enzo Sisti, Patrick Mignano, Erwin Godschalk Música: Christian Jacob Fotografía: Tom Stern Montaje: Blu Murray Intérpretes: Alex Skarlatos, Spencer Stone, Anthony Sadler, Ray Corasani, Judy Greer, Jenna Fischer, Irene White, William Jennings, Bryce Geishar, P.J.Byrne, Paul-Mikél Williams, Thomas Lennon, Tony Hale, Jaleel White, Sinqua Walls, Steve Coulter, Adam Rosenberg, Grant Weaver, Robert Pralgo, Cyrille Helter, Gary Weeks Estreno en España: 9 de febrero de 2018 Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años


SINOPSIS: En la tarde del 21 de agosto de 2015, tres jóvenes americanos que viajaban por Europa se enfrentaron a un terrorista en un tren con destino a París, con 500 pasajeros a bordo. La película narra el curso de las vidas de estos amigos, desde los avatares de su niñez para encontrar su destino, hasta la serie de eventos que precedieron al ataque. A lo largo de esta desgarradora experiencia, su amistad nunca flaqueó, convirtiéndola en su mejor arma.

CRÍTICA: Tenía que llegar el día. Lo temía, era algo que incluso me llegaba a quitar el sueño, pero siempre quedaba cierto rédito de esperanza de que no iba a ser así, que mi relación cinematográfica con Clint Eastwood (San Francisco, 1930), seguiría siendo idílica, que nada podría romper ese vínculo. Pero mis peores temores se han hecho realidad, y, tras mucho reflexionar desde que ví la película (el viernes), llego a la conclusión de que no me ha gustado. Bueno, a esa conclusión había llegado nada más salir del cine, pero entré en un estado de negación que me impedía afrontar la realidad. "Este no es mi Clint, me lo han cambiado", me decía mientras trataba de buscar las razones de tal descalabro fílmico. Con "15:17 Tren a París", Eastwood cierra su particular tríptico sobre héroes anónimos, que completan las notables El Francotirador (2014) y Sully (2016), contando la historia de tres norteamericanos que frustraron un atentado terrorista en un tren con destino a París. Sobre el papel se partía de una premisa atractiva, con todos los ingredientes para llevar a cabo una película notable, pero (con todo el dolor de mi corazón) Eastwood se estrella estrepitosamente, así que trataremos de encontrar las razones de este pequeño paso atrás.



                  Es posible que el suceso que se narra en la película no constituyera suficiente contenido para justificar un film con un metraje de hora y media, por lo que es evidente que había que complementarlo con escenas a las que se les debía exigir, como mínimo, cierto interés. Y por ahí es por donde hace aguas la película, ya que el guión firmado por Dorothy Blyskal (Brooklyn, 1982) no posee la fuerza suficiente, no ofrece un pulso narrativo firme, pegando bandazos y dando vueltas a la misma idea una y otra vez, lo que deriva en una historia donde la banalidad reina a su antojo. En una serie de flashbacks se nos muestra cómo se cimenta la amistad de los tres protagonistas, aunque bien es cierto que centrándose en la figura de Spencer, que acapara la mayor parte del relato, enfocado a que veamos una y otra vez en distintas situaciones lo inadaptado que ha sido toda su vida y las dificultades que ha tenido para encontrar su camino, dando siempre la sensación de que por una razón u otra estaba predestinado a hacer algo importante, todo ello aderezado con el halo de religiosidad que impregna en menor o mayor medida el cine de Eastwood, y que en esta ocasión me ha parecido excesivo. No reconozco al director en esta parte del metraje, me ha parecido una narración torpe, sin interés, obcecada en los mismos elementos. Es en el momento clave, el del intento de atentado, donde recuperamos al mejor Eastwood, con los 10 mejores minutos de la película, que atesoran todo el talento del director. En ese instante es cuando nos preguntamos si ha valido la pena lo visionado anterioremente para poder disfrutar de ese segmento.

                         
          Yendo más allá en lo arriesgado de la propuesta, el director decide dar el protagonismo a los verdaderos héroes, que se interpretan a ellos mismos. La verdad es que le ponen ganas y empeño, y a pesar de no ser actores profesionales, no chirría su interpretación. El problema es que un guión terrible no les ayuda en lo más mínimo, y asistimos en más de una ocasión a diálogos auténticamente sonrojantes.
 
                       En definitiva, podemos decir que nos encontramos ante la una de las peores películas (si no la peor) de Clint Eastwood. No sabemos si ha sido el pésimo guión, o un error a la hora de enfocar la historia que nos quería contar, o bien que en esta ocasión el patriotismo que le gusta mostrar en sus películas se le ha ido de las manos o, sencillamente, una desafortunada combinación de todo ello. Pero supongo que con 88 años y una carrera estelar a sus espaldas se ha ganado el derecho a fallar y que en el fondo no le importe demasiado.
 
 
NOTA: 3/10 
 

miércoles, 7 de febrero de 2018

Crítica: El Pasajero (2018)

FICHA TÉCNICA
Título: The Commuter País: Reino Unido, Estados Unidos Género: Acción, Crimen, Drama Duración: 105 minutos Director: Jaume Collet-Serra Guión: Byron Willinger, Phillip de Blasi, Ryan Engle Productores: Jaume Collet-Serra, Michael Dreyer, Ron Halpern, Alex Heineman, Didier Lupfer, Andrew Rona, Juan Sona Música: Roque Baños Fotografía: Paul Cameron Montaje: Nicolas de Toth Intérpretes: Liam Neeson, Vera Farmiga, Patrick Wilson, Jonathan Banks, Sam Neill, Elizabeth McGovern, Killian Scott, Shazad Latif, Andy Nyman, Clara Lago, Roland Moller, Florence Pugh, Dean-Charles Chapman, Ella-Rae Smith, Colin McFarlane, Adam Nagaitis, Kingsley Ben-Adir, Damson Idris, Andy Lucas, Ben Caplan, Letitia Wright, Simon Hibbs, Nathan Wiley Estreno en España: 26 de enero de 2018 Calificación por edades: No recomendada para menores de 12 años




SINOPSIS: Durante su trayecto habitual de vuelta a casa en tren, un hombre de negocios felizmente casado comienza a hablar con una misteriosa pasajera. Pronto el hombre se verá envuelto en una conspiración criminal que amenaza con poner en peligro tanto su vida como la de sus seres más cercanos.

CRÍTICA: Tras unos inicios en los que su carrera profesional parecía enfocada al cine de terror, con títulos como La casa de cera (2005), el director español Jaume Collet-Serra (Barcelona, 1974), parece haber encontrado en el thriller de acción y suspense el género en el que mejor se desenvuelve y con el que se está labrando una trayectoria a tener en cuenta en el panorama cinematográfico estadounidense. En su nueva película, "El pasajero", además vuelve a contar con el que se está convirtiendo en su actor fetiche, Liam Neeson (Ballymena, 1952), que desde que protagonizara Venganza (2008), parece haberse anclado en un tipo concreto de personaje a la hora de interpretar, algo que de momento parece que le funciona. En esta ocasión interpreta a un vendedor de seguros que es despedido y se encuentra en su viaje diario en tren con una misteriosa mujer que le hace una enigmática propuesta con la que puede ganar 100.000 dólares.El resultado es una película en la que, como el tren en el que se desarrolla, la trama arranca lentamente, dosificando el suspense poco a poco, para coger velocidad en forma de un par de escenas de acción, preludio del ritmo vertiginoso que desencadenará en un final explosivo (y algo inverosímil, seamos sinceros). Veamos si merece la pena pagar el billete para embarcarnos en este viaje.


                        A Collet-Serra hay que agradecerle su sinceridad cinematográfica en sus propuestas. Aunque trabaje con temas mil veces vistos, no engaña, no marea a la audiencia, ofrece divertimentos puros y duros, y eso es "El pasajero", una cinta que busca la complicidad del espectador durante hora y media, que ha de ser consciente de lo que se va a encontrar. Obviando la poca consistencia del guión, debemos detenernos en el estilismo y saber hacer en la dirección que Collet-Serra ya ha demostrado en sus anteriores cintas. Al igual que en Non-Stop (Sin escalas) (2014), que comparte con esta director y actor protagonista, el escenario vuelve a ser asfixiante, cambiando un avión por un tren. La cosa empieza pausada, y tras la consabida presentación de personajes (brillante la de Michael, con un montaje que nos muestra su rutina diaria de una manera atemporal), abordamos un primer acto en el que prima el suspense, incluso pudiendo apreciar remininiscencias "hitchcockianas", como en el encuentro del personaje interpretado por Neeson con la intrigante mujer que le realiza la descabellada propuesta. Todo ello sienta las bases de lo que sucede a continuación, un tramo en el que la acción se adueña de la pantalla, sabedor el director de que el factor sorpresa ya se ha diluido y que debe transitar por otros derroteros. Y aquí el realizador tiene las de ganar, ya que se muestra como un consumado especialista de las "set-pieces" de acción, con una dirección muy dinámica y con la inclusión de planos arriesgados que están muy bien llevados, aunque la era de automatismos cinematográficos que vivimos hace que dichas escenas no estén exentas de cierta inverosimilutud inducida en aras del espectáculo, pero realmente es algo que no da exactamente igual. 


                           Liam Neeson tiene pinta de ser un tipo simpático, vamos, del tipo de persona con la que te podrías ir de cañas sin conocerla. Es por eso que estos papeles le sientan como un guante, ya que encarna a la perfección al hombre corriente desbordado por las circunstancias, por lo que no debemos hacer demasiados esfuerzos para identificarnos con él. Breve, pero intenso, es el papel de Vera Farmiga (Clifton, 1973), "femme fatale" y factor desencadenante de la odisea del protagonista. Farmiga es una de mis actrices favoritas, teniendo en su haber la estupenda serie Bates Motel (2013-2017) y las dos peliculas de Expediente Warren. Se les une en el reparto una serie de caras más o menos conocidas, como Patrick Wilson (Norfolk, 1973), Sam Neill (Tyrone, 1947), Jonathan Banks (Washington, 1947) o la española Clara Lago (Madrid, 1990), en su primer papel en Hollywood.

                            En definitiva, una película de muy fácil digestión y que se olvida con facilidad, ideal para pasar un rato agradable en el cine si no somos demasiado exigentes. Positiva en el aspecto visual y en las escenas de acción, baja enteros si analizamos a fondo el guión o no tenemos la mente abierta hacía varias fantasmadas propias del género.

NOTA: 6,5/10