viernes, 30 de diciembre de 2011

Frío, frío...

                                                          EL TOPO (2011)

                                                  Dirigida por Tomas Alfredson

La historia de “El topo” nos traslada a los años 70. El fracaso de una misión espacial en Hungría desencadena un cambio en la cúpula de mando de los servicios británicos. Uno de los defenestrados es el agente George Smiley. Cuando Smiley ya se ha hecho a la idea del retiro, le encargan una misión especial. Hay sospechas de que un “topo” está infiltrado entre las altas instancias del Servicio y sólo alguien de fuera puede descubrirlo. Con ayuda de otros retirados y de algún agente fiel, Smiley irá recabando información y encajando las piezas que le lleven al traidor. Por el camino encontrará historias de traición, ambición y mentiras.

Normalmente intento no hacer demasiado caso de los críticos profesionales, esos que engordan sus escritos con adjetivos imposibles y que parece que quieren sentar cátedra cada vez que hablan de una película. Con esta película decidí hacer una excepción, ya que únicamente había leído cosas buenas, con lo que me dispuse a despedir el año cinéfilo con buen sabor de boca. Debí hacer caso a mi instinto y no ir con las expectativas demasiado altas, porque luego pasa lo que pasa.

El principal problema que tiene esta Tinker Tailor Soldier Spy (2011) (en España no se han comido mucho la cabeza y la han traducido como "El topo"), es que es muy leeeenta, excesivamente lenta para mi gusto, de esas que dan la sensación de que no pasa nada en ellas, de que no avanzan y que dan vueltas a lo mismo una y otra vez. Y luego es fría como ella sola, supongo que haciendo honor a la época de la Historia en la que se desarrolla. No consiguió transmitirme ninguna emoción, ni me dio en ningún momento (salvo detalles aislados que luego comentaré) la sensación de estar ante un suspense asfixiante, y eso en un thriller de suspense no es de ninguna manera buena señal.

También considero que es de esa clase de películas que hacen al espectador medio parecer tonto (cinematográficamente hablando), porque es de esas cintas en la que no te acabas enterando de muchas cosas (lo reconozco, me pasó también), pero que dan pie a salir del cine diciendo: "qué gran película", aunque no te hayas enterado de la misa la mitad, lo que me da la esperanza de que con un segundo visionado y sabiendo a lo que se expone uno, puede ganar enteros. Pero tendré que armarme de valor para verla por segunda vez, ya que vuelvo a decir que el poso que me ha dejado no es todo lo positivo que debiera.


                                                    ¿Quién será El Topo?

Dos aspectos salvan a la película del desastre más absoluto, la fotografía y las interpretaciones. Hoyte Van Hoytema sí consigue crear una atmósfera asfixiante, desasosegante, de un gris apagado que plasma a la perfección tanto las relaciones de los personajes como el tono de la película. No hay alegría, no hay esperanza, todo es de una frialdad apabullante.

En cuanto al elenco actoral, todos lo clavan en una cinta en la que la ambigüedad de cada personaje salta a la vista desde un primer momento. Evidentemente la película trata sobre un topo, con lo que las cartas no se muestran hasta prácticamente al final, y hasta llegar a ese punto cruzamos un camino de alianzas y traiciones, de dobles sentidos y de ¿relaciones ocultas? Y para que nos creamos eso, el director ha juntado un puñado de muy buenos actores, encabezados por un sublime Gary Oldman que construye un personaje que da la sensación que ni siente ni padece en toda la película, que es la frialdad personificada. Del resto del reparto no destacaría a nadie por encima de los demás, con unos sobrios Colin Firth, John Hurt, Mark Strong o Tom Hardy entre otros...

Como ha parecido que he sido bastante duro en el inicio de la crítica, he de decir que la película también tiene un puñado de escenas que sí están a la altura de lo que nos venden los críticos, como la del inicio de la película en Budapest, la historia centrada en Estambul o la escena en los archivos...Pero esto, unido a las actuaciones no es suficiente para reflotar un barco que va muy lento y a la deriva...

Mi nota: 4/10

Lo mejor: Las interpretaciones y la fotografía.
Lo peor: Lenta, fría y bastante liosa.

lunes, 5 de diciembre de 2011

El tiempo es oro (nunca mejor dicho)

IN TIME (2011)

Dirigida por Andrew Niccol

La acción se desarrolla en un futuro lejano (¿o tal vez no tanto?), donde el envejecimiento de la población se detiene a los 25 años, pero a partir de ahí cada segundo vale su peso en oro, todo se paga con tiempo, y si se te agota el tiempo, mueres. Will Salas, un habitante de los bajos fondos, decide emprender una cruzada personal contra una situación que considera injusta...

La premisa con la que parte la película es impresionante. Diría sin exagerar que desde Origen (2010), ninguna película había conseguido captar mi atención como lo hace esta en sus primeros 35-40 minutos, presentándonos un escenario apasionante y una trama con multitud de interrogantes. Frotándome las manos estaba ante el espectáculo que (presumiblemente) me esperaba, máxime cuando el responsable del proyecto es Andrew Niccol  director de las muy interesantes Gattaca (1997), de la que bebe la que nos ocupa, y El señor de la guerra (2005), una crítica en toda guerra de todo lo que rodea a los traficantes de armas.

Pues nada, mi gozo en un pozo. Todas las expectativas, todo el interés que había acumulado en esos 40 minutos de metraje se diluyen como un azucarillo cuando la trama se convierte en una suerte de película romántica aderezada con toques de Robin Hood y Bonnie and Clyde. Te preguntas en qué desafortunado momento se le ocurrió al director introducir el personaje femenino en la película, porque, sin ánimo de ser cruel, la destroza, literalmente. Vamos, una auténtica pena.

Es indudable que tiene momentos de buen cine, y el director consigue crear una atmósfera adecuada, consigue transmitir ese futuro desasosegante en el que se desenvuelven los protagonistas. No se acerca ni de lejos a la maestría que ya vimos en Hijos de los hombres (2006), pero contiene multitud de detalles que hacen ese futuro más creíble. Y uno de los que más juego da a la película es el del contador en el antebrazo, que permite ofrecer los momentos más emocionantes de todo el metraje.

En el apartado técnico, sin sobresalir en nada, es correcta en todo, banda sonora, fotografía, diseño de vestuario...Incluso no ofrece nada novedoso en cuanto a dirección se refiere, todo muy clásico.

Donde puede patinar un poco es en el apartado interpretativo, ya que uno no acaba de empatizar demasiado con Justin Timberlake ("zapatero a tus zapatos"), que no termina de arrancar como intérprete, ni mucho menos con la descafeinada Amanda Seyfried, un auténtico cero a la izquierda. Menos mal que pasaba por allí Cillian Murphy, a mi parecer uno de los actores más interesantes de los últimos años y que siempre aumenta con su presencia la calidad de una cinta cuando hablamos de interpretaciones.

En definitva, esta película se puede resumir en dos palabras: APASIONANTE en su primera mitad, FALLIDA en su resolución. Y es una pena, porque eso es lo que marca la diferencia entre algo que podría haber sido algo antológico y aquellas películas que se pierden en los recovecos de la memoria.

Mi nota: 6/10

jueves, 1 de diciembre de 2011

¿Vuelve Indiana Jones?

Esta mañana me he desayunado con la noticia de que Harrison Ford ha advertido tanto a George Lucas como a Steven Spielberg que estaría dispuesto a ponerse de nuevo en la piel del aventurero más famoso y carismático (desde mi punto de vista) que ha dado el cine, Indiana Jones. La noticia sería un bombazo si no fuera por dos cosas: por un lado, la edad del actor, que encarnaría al doctor Jones con ¡¡¡70 años!! No pongo en duda el estado físico de Harrison Ford, pero en cualquier caso pueden surgir las dudas.

Por otro lado tenemos la fallida cuarta parte, Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal (2008), que no superó las grandes expectativas que teníamos todos los fans de Indy. Por supuesto, la película tenía una calidad superior a cualquier cinta de aventuras de los últimos diez años, pero seamos serios, nos dejó bastante fríos. No sabemos si fue el empacho de efectos digitales, los poco acertados secundarios (Shia LaBeouf sencillamente horrible) o la aparente desgana del protagonista, por no hablar del final, que consiguió que nos lleváramos directamente las manos a la cabeza.

Por todo ello, la noticia de un nuevo Indiana Jones resulta por lo pronto inquietante, máxime cuando parece que como no se den prisa, el arqueólogo tendrá que cambiar el látigo por el bastón y el caballo por el taca-taca. Y para los que no lo sabían, ya tenemos un Indiana Jones anciano, que aparece en Las aventuras del joven Indiana Jones (1992-1996).




¿Se lo imaginan saltando de un caballo a un tren, abriendo una tumba antigua o seduciendo a la dama de turno? Yo, personalmente, no. El tiempo dirá si me he equivocado...