lunes, 30 de abril de 2018

Crítica: Un lugar tranquilo (2018)

FICHA TÉCNICA
Título: A quiet place País: Estados Unidos Género: Drama, Horror, Ciencia-Ficción Duración: 90 minutos Director: John Krasinski Guión: Bryan Woods, Scott Beck, John Krasinski Productores: Michael Bay, Scott Beck, Bryan Woods, John Krasinski, Allyson Seeger, Aaron Janus, Bradley Fuller, Andrew Form, Cecilia D. Costas, Jeffrey Beecroft Música: Marco Beltrami Fotografía: Charlotte Bruus Christensen Montaje: Christopher Tellefsen Intérpretes: John Krasinski, Emily Blunt, Millicent Simmonds, Noah Jupe, Cade Woodward, Leon Russom, Doris McCarthy Estreno en España: 20 de abril de 2018 Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años






SINOPSIS: Los Abbott son una familia que vive en una aislada granja de algún lugar de Estados Unidos, donde están constantemente amenazados por la existencia de unas misteriosas y mortíferas criaturas que, guiadas por el sonido, aniquilan a los humanos al más mínimo ruido. Lee, Evelyn y sus tres hijos han desarrollado una serie de estrictos hábitos y protocolos para mantener el más completo silencio en su día a día, ya que cualquier descuido en la tarea más rutinaria podría llevarles a su total extinción.

CRÍTICA: En una época en la que las superproducciones cinematográficas apuestan por la grandilocuencia tanto visual como sonora, con diseños de sonido absolutamente atronadores, se antoja como poco curioso que esté triunfando una cinta en la que en gran parte del metraje se aboga por utilizar un estilo totalmente opuesto. Tal vez sea por nuestra innata necesidad como espectadores de sentir nuevas experiencias, de que de vez en cuando nos saquen de nuestra zona de confort cinéfila con un producto que nos reconcilie con un cine que sufre de agotamiento creativo. John Krasinski (Newton, 1979), conocido por su faceta de actor, especialmente por la televisiva The Office (2005-2013), es el encargado de tensar nuestros nervios y acelerar nuestro corazón en una película en la que ejerce de director, guionista, productor y actor principal,  dejando a las claras que quería tener control absoluto sobre el proyector para poder hacer la película que tenía en mente. El resultado es una de las mejores películas de lo que llevamos de año, que pone el énfasis principalmente en el suspense y el terror, pero sin dejar de lado el drama humano, y que ha conseguido poner a crítica y público de acuerdo.


         
                   Cada vez es más difícil soprender a la audiencia, por lo que es necesaria una constante vuelta de tuerca a los convencionalismos de un género que maneja casi siempre la misma hoja de ruta. En "Un lugar tranquilo", esa vuelta de tuerca se ve reflejada en el hecho de que para sobrevivir a las criaturas que los acosan deben mantenerse en el silencio más absoluto posible, ya que cualquier ruido más alto de lo normal puede suponer su muerte. Krasinski lleva esta premisa hasta límites insospechados, convirtiendo el visionado de la película en una experiencia terriblemente angustiosa para el espectador que se decide a entrar en el juego del director, que se ve envuelto en una atmósfera opresiva y asfixiante, comiéndose las uñas mientras es consciente de que el ruido que va a provocar que todo salte por los aires está agazapado a la vuelta de la esquina. El punto de calidad viene dado por el hecho de que el director cuida con mimo el tratamiento de personajes y la modulación del drama, por lo que consigue que suframos por el destino de la familia protagonista, que consigue sobreponerse a una tragedia que podemos ver en la excelente escena inicial y que cimenta en el amor muchas de las decisiones que toman a lo largo del film, por lo que la responsabilidad de la paternidad y la obsesión por proteger a los hijos es uno de los pilares sobre los que pivota la historia. Si la película no es perfecta debido a ciertas licencias de guión, necesarias para que la historia siga su correcto desarrollo, reflejadas en algunas situaciones poco creíbles pero que cumplen con el objetivo de poner a la familia en constante peligro. Es más, en ocasiones el espectador se pregunta que qué más les puede pasar, cumpliendo la máxima de que "todo aquello que pueda salir mal, lo va a hacer".


                       Si logramos identificarnos fácilmente con la familia que protagoniza la película es gracias al notable trabajo de todos los actores implicados en el proyecto. Ya hemos mencionado a John Krasinski como el cabeza de familia. Junto a él aparece su esposa en la vida real, Emily Blunt (Roehampton,1983), que tiene sin duda una de las escenas más tensas de la película. Millicent Simmonds encarna a la hija mayor, que sufre de sordera, lo que hace que viva en un permanente silencio, lo que provoca que no sea consciente de los ruidos que hace, y que tiene una relación difícil con su padre. Noah Jupe (Londres, 2005), es el hijo mediano, sin duda el que más sufre con la situación en la que se encuentran y que se muestra reacio a aprender las lecciones de supervivencia que le inculca su padre para que pueda proteger a su familia en el caso de que él falte.

                     En definitiva, una película muy tensa e ideal si lo que uno busca es pasarlo mal en el cine, que coge una idea bastante manida y le da el enfoque necesario para que pueda sorprender al espectador, que llega a empatizar con los protagonistas debido a unas interpretaciones muy destacables. Muchos afirman que "Un lugar tranquilo" consigue lo que no logró "Llega de noche" (2017), películas con dos premisas bastante parejas pero diferentes en la ejecución.  


NOTA: 9/10 
 

martes, 17 de abril de 2018

Crítica: Ready Player One (2018)

FICHA TÉCNICA
Título: Ready Player One País: Estados Unidos Género: Acción, aventuras, ciencia-ficción Duración: 140 minutos Director: Steven Spielberg Guión: Zak Penn, Ernest Cline, basado en la novela de Ernest Cline Productores: Steven Spielberg, Donald de Line, Dan Farah, Bruce Berman, Adam Somner, Daniel Lupi, Christopher DeFaria Música: Alan Silvestri Fotografía: Janusz Kaminski Montaje: Sarah Broshar, Michael Kahn Intérpretes: Tye Sheridan, Olivia Cooke, Ben Mendelsohn, Lena Waithe, T.J. Miller, Simon Pegg, Mark Rylance, Philip Zhao, Win Morisaki, Hannah John-Kamen, Ralph Ineson, Susan Lynch, Clare Higgins, Laurence Spellman, Perdita Weeks, Gareth Mason, Lynne Wilmot, Jane Leaney, Robert Gilbert, Josh Jefferies, Michael Wildman, Paul Barnhill, Vic Chao, Kit Connor, Leo Heller, Antonio Mattera Estreno en España: 29 de marzo de 2018 Calificación por edades: No recomendada para menores de 7 años


SINOPSIS: Año 2045. Wade Watts es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada "Oasis". Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Será el punto de partida para que Wade se enfrente a jugadores, poderosos enemigos corporativos y otros competidores despiadados, dispuestos a hacer lo que sea, tanto dentro de "Oasis" como del mundo real, para hacerse con el premio.

CRÍTICA: Es indudable que tras casi cincuenta años de carrera, y convertirse en uno de los directores más taquilleros de la historia del cine, Steven Spielberg (Cincinnati,1946) se ha ganado el derecho de hacer prácticamente lo que le de la gana, sin importarle lo más mínimo lo que la crítica tenga que decir de él, porque lo importante, el favor del público, hace mucho tiempo que lo consiguió. Bien es cierto que la mayoría de los halagos se los ha llevado cuando se ha puesto serio en sus películas, como en La lista de Schindler (1993), Salvar al soldado Ryan (1998) , El puente de los espías (2015), o la todavía reciente Los archivos del Pentágono (2017). Pero seamos sinceros, el Spielberg que nos apasiona es el Spielberg del puro entretenimiento, el que obra el milagro de que los dinosaurios vuelvan a caminar sobre la tierra o que toda una generación quisiera estudiar Arqueología después de disfutar de las aventuras de Indiana Jones. También echábamos de menos sus incursiones en la ciencia-ficción, género en el que nos ha brindado obras maestras como Minority Report (2002), por lo que su decisión de adaptar al cine la novela "Ready Player One", de Ernest Cline, considerada como la "Biblia del Gamer", elevó el entusiasmo de miles de fans a cotas insospechadas. Las críticas han sido muy dispares, por lo general no gustando a los seguidores del libro, que hablan de una muy mala adaptación, mientras que otros hablan de Obra Maestra. Yo siempre he considerado que una mala película de Spielberg está muy por encima de la media de todo lo que se suele hacer, así que he de reconocer que "Ready Player One" me ha gustado bastante. ¿Las razones? Ahí van...

                       En un futuro no demasiado lejano, en el que una gran parte de la Humanidad ha sucumbido a una crisis económica sin paliativos, la única forma de evadirse es Oasis, un mundo virtual en el que la gente puede ser y hacer lo que quiera, hastiada de su asfixiante existencia cotidiana. Wade Watts es un adolescente enganchado a esa utopía, que ve en el premio que ofrece el fallecido creador de Oasis al que encuentre el Huevo de Pascua (Easter Egg) que ha escondido tras una serie de pistas la oportunidad de dar un giro radical a su deprimente vida. Analizando la película desde la objetividad (lo reconozco, me apasiona Spielberg), podemos establecer que tiene bastantes puntos a favor y alguno que otro en contra, lo que provoca que no sea redonda y que nos deje la sensación de que podríamos haber estado ante algo grandioso. 

      
                     Spielberg ha sabido jugar magistralmente la carta de la nostalgia para tocar la fibra sensible del espectador, ya que son incontables las referencias a auténticos iconos de la "Cultura Pop" del cine, videojuegos, televisión...Identificar todos y cada uno de ellos supone un ejercicio de concentración absoluto, que requiere un par de visionados más de la película. No me detendré para hablar de ellos, puesto que no quiero hacer spoilers, ya que es el propio espectador el que debe ir descubriéndolos. Otro aspecto a favor es que Spielberg sigue siendo uno de los mejores en cuanto a la gestión de la narrativa, lo que hace que una película de más de dos horas apenas sufra bajones en el ritmo, además de seguir posicionando la cámara como pocos. Por último, los FX están al servicio de la película y no al contrario, y a pesar de que en ocasiones pueden parecer muy excesivos no son molestos.


                            Dos son los principales fallos que achaco a la película (no he leído el libro, por lo que no puedo centrarme en si la adaptación ha sido buena o no). El balance entre la parte que sucede en el mundo real y la que ocurre en Oasis no es equilibrado, la trama que implica a los personajes de carne y hueso no es tan interesante como la que vemos en el mundo virtual. Y esto es consecuencia del segundo fallo, que es la elección del reparto. Tye Sheridan (Elkhart, 1996), que encarna a Wade Watts, no tiene ningún carisma, y nos ofrece una interpretación bastante plana y aséptica. Es por ello que la química con su compañera de reparto, Olivia Cooke (Oldham, 1993) es prácticamente inexistente, por lo que la historia se resiente. El villano, encarnado por Ben Medelsohn (Melbourne, 1969), no inquieta en ningún momento, además de llegar a parecer en ocasiones caricaturesco en exceso. Sin duda, las mejores interpretaciones son las de Mark Rylance (Ashford, 1960), nuevo actor fetiche de Spielberg, que da vida a James Halliday, el creador de Oasis, y Simon Pegg ( Gloucester, 1970), en un pequeño pero determinante papel.

                           En definitiva, un más que notable regreso de Spielberg al género que tantas alegrías le/nos ha dado, con un acabado técnico sobresaliente y una colección de referencias que hará las delicias de cientos de espectadores, que adolece de un desequilibrio entre parte real y virtual y unos actores que en ocasiones no están a la altura. De todos modos es una película muy disfrutable, ya que la magia del Rey Midas de Hollywood tiene todavía mucho recorrido.


NOTA: 8,5/10