miércoles, 21 de noviembre de 2012

Crítica: En la mente del asesino (2012)

FICHA TÉCNICA


Película: En la mente del asesino. Título original: Alex Cross. Director: Rob Cohen. País: USA. Año: 2012. Duración: 101 min. Género: Acción, thriller. Intérpretes: Tyler Perry (Dr. Alex Cross), Matthew Fox (Picasso), Edward Burns (Tommy Kane), Jean Reno (Leon Mercier), John C. McGinley (Richard), Carmen Ejogo (Maria), Rachel Nichols (Monica), Cicely Tyson  (Nana Mama), Giancarlo Esposito (Daramus). Guión: Marc Moss y Kerry Williamson, basado en la novela “Cross”, de James Patterson. Producción: Bill Block, Steve Bowen, Leopoldo Gout, Paul Hanson y James Patterson. Música: John Debney. Fotografía: Ricardo Della Rosa. Montaje: Thom Noble y Matt Diezel. Diseño de producción: Laura Fox. Vestuario: Abigail Murray. Distribuidora: DeAPlaneta.





SINOPSIS: La película narra la historia del investigador de homicidios y psicólogo Alex Cross, en su intento de dar caza al asesino en serie Picasso. Pero cuando el peligroso juego del gato y el ratón entre los dos hombres pasa a un terreno personal, Cross ve desafiadas sus convicciones morales y su resistencia psicológica.


     El personaje protagonista de la película, Alex Cross, nacido de la imaginación del escritor James Patterson, ya había sido llevado al cine con moderado éxito y con los rasgos de Morgan Freeman en El coleccionista de amantes (1997) y La hora de la araña (2001). Después de 11 años se ha optado por desarrollar un reboot del personaje, y la verdad es que ha sido una muy mala decisión, porque posiblemente nos encontremos ante la peor película del año 2012, y eso que las ha habido malas de solemnidad, una auténtica pérdida de tiempo y dinero que peca de pretenciosa, intentando aparentar una seriedad que se le escapa por los cuatro costados, ya que no hay por donde cogerla, ni interpretaciones, ni guión, ni fotografía, ni banda sonora, ni escenas espectaculares...No he hecho caso de las críticas que la ponían por los suelos, que no eran pocas, y he decidido entrar al cine bajo mi cuenta y riesgo.Por eso os animo a que si queréis comprobar si esta crítica es exagerada o se ajusta a la realidad, no gastéis un solo euro en ella, que ya sabéis que el que avisa no es traidor y vuestro bolsillo lo agradecerá.





     ¿Por dónde empiezo? Pues sin duda por el guión, colmo de la ridiculez, que consigue dejar la sensación de que la historia no va hacia ningún lado y que hace aguas constantemente, ofreciendo diálogos y situaciones que causan vergüenza ajena, más propios de un telefilme de mediodía que de una película estrenada en salas comerciales. Al director, Rob Cohen, realizador vilipendiado hasta la médula pero que tiene en su haber películas de gran éxito como A todo gas (2001), no se le puede achacar nada, ya que bastante hace con el exiguo presupuesto del que ha dispuesto para el desarrollo del proyecto. Las escenas de acción son ridículas, plagadas de clichés y un uso mareante de la cámara que arrancan el bostezo del espectador, atónito ante el despropósito que está presenciando. Seguiría, pero creedme, una película como esta no merece más líneas.




     ¿Actores protagonistas? De risa el trabajo del elenco. En primer lugar tenemos a Tyler Perry, que encarna a Alex Cross, actor muy conocido en EEUU y del que no había oído hablar, y casi mejor que la cosa hubiera seguido así, porque hacía tiempo que no veía tal escasez de carisma, presencia en pantalla y desarrollo del personaje. Un auténtico mueble, vamos. Otro de los protagonistas es Edward Burns, el único actor capaz de disputarle a Keanu Reeves el premio "Cara de Palo" al intérprete menos expresivo de la historia. Y finalizamos con el que decían que era la sensación de la película, Matthew Fox, que perdió 20 kilos para esculpir su cuerpo e interpretar al malvado Picasso. Pues bien, nos encontramos ante una sobreactuación de las buenas, ya que parece que Fox se pasa toda la película pasadísimo de todo, interpretando a un asesino que se jacta de "amar el dolor" y...bueno, descubridlo vosotros/as mismos/as. De los secundarios prefiero no hablar.


     En definitiva, un bodriazo, un insulto a la inteligencia del espectador y todo un manual de qué no se debe hacer para ofrecer una (ya no digo ni buena) digna película. Debería haberse llamado "En la mente del guionista", que eso sí es todo un misterio. Un truño.


LO MEJOR: Nada.

LO PEOR: Todo.

MI NOTA: 1/10


                                             TRAILER


lunes, 19 de noviembre de 2012

Crítica: Argo (2012)

FICHA TÉCNICA

Película: Argo. Director: Ben Affleck. País: USA. Año: 2012. Duración: 120 min. Género: Thriller. Intérpretes: Ben Affleck (Tony Mendez), Bryan Cranston (Jack O’Donnell), John Goodman (John Chambers), Alan Arkin  (Lester Siegel), Victor Garber (Ken Taylor), Tate Donovan (Bon Anders), Clea DuVall (Cora), Kyle Chandler (Hamilton), Scoot McNairy (Joe), Chris Messina (Malinov), Taylor Schilling (Christine Mendez). Guión: Chris Terrio; basado en un capítulo de “El maestro del disfraz”, de Antonio J. Mendez; y en el artículo “The great escape” de la revista Wired, escrito por Joshuah Bearman. Producción: George Clooney, Grant Heslov y Ben Affleck. Música: Alexandre Desplat. Fotografía: Rodrigo Prieto. Montaje: William Goldenberg. Diseño de producción: Sharon Seymour. Vestuario: Jacqueline West. Distribuidora: Warner Bros. Pictures International España.






SINOPSIS: Irán, año 1979. Cuando la embajada de los Estados Unidos en Teherán es ocupada por seguidores del ayatolá Jomeini para pedir la extradición del Sha de Persia, la CIA y el gobierno canadiense organizan una operación para rescatar a seis diplomáticos estadounidenses que se habían refugiado en la casa del embajador de Canadá. Con este fin se recurrió a un experto en rescatar rehenes y se preparó el escenario para el rodaje de una película de ciencia-ficción, de título "Argo", en la que participaba un equipo de cazatalentos de Hollywood. La misión: ir a Teherán y hacer pasar a los diplomáticos por un equipo de filmación canadiense para traerlos de vuelta a casa.


     Nadie podía sospechar que detrás de un actor muy mediático pero más bien mediocre como Ben Affleck se escondía un director que con apenas tres películas ha demostrado tener una proyección impresionante. Como guionista ya apuntaba maneras, ganando junto a Matt Damon el Óscar al Mejor Guión por El indomable Will Hunting (1997), pero fue con su ópera prima como director, Adiós pequeña, adiós (2007), cuando puso la primera piedra de una prometedora carrera como realizador, y donde acertó a la hora de dar el protagonismo a su hermano Casey Affleck. En The Town (2010) nos ofreció una película de atracos como las de antaño, recuperando en esta ocasión el papel principal. Para su tercer film se ha valido de una historia real, el rescate de seis diplomáticos de EEUU atrapados en Teherán por medio de una rocambolesca operación, cuyos detalles fueron desclasificados por Bill Clinton en 1997. El resultado es un thriller político con unas inesperadas pero magníficamente insertadas gotas de humor que le dan empaque al conjunto y con un suspense creciente que lleva a un clímax final de esos con los que te comes las uñas, confirmando a "Argo" como, posiblemente, una de las mejores películas de este año 2012 que se nos escapa entre los dedos.




     
     Más allá de mantener un enfoque serio durante todo el metraje, lo que hace a "Argo" especial es que sabe conjugar de manera magistral momentos de absoluta tensión con otros que consiguen arrancarnos una sonrisa, sin que ello suponga un lastre para que la película funcione como un perfecto y engrasado engranaje, consiguiendo así un adecuado equilibrio entre las escenas. Prueba de ello es la tricotomía que encontramos en el desarrollo de la historia, donde en un primer momento, el director nos traslada al momento de tensión palpable que se vivía en las calles de Teherán en aquella época, no muy diferente de lo que podemos ver hoy en día en las noticias, y que desemboca en el asalto a la embajada. Posteriormente, nos sumerge entre bambalinas para mostrarnos los entresijos de las producciones cinematográficas, en un excelente ejercicio de cine dentro del cine, con un puntito de ácida crítica. Finalmente se centra en el rescate de los diplomáticos, con un último tramo en el que si bien podemos apreciar cierta dosis de inverosimilitud al servicio del suspense, logra un clímax en el que el espectador se mantiene agarrado a su butaca. Con un adecuado sentido del ritmo y una dirección muy competente, Affleck consigue que nos interesemos por una historia que con un tratamiento diferente posiblemente podría haber resultado más aburrida.


     Técnicamente la película es perfecta, pero si tuviera que decantarme por algo en especial sería por la excelente ambientación, ya que el vestuario, los cortes de pelo, los bigotes, los despachos, el mobiliario etc...son de un realismo exquisito, dejando claro que los responsables se han preocupado hasta límites insospechados por el detalle, y si revisamos fotos auténticas de aquella época comprobamos en qué medida se ha apostado por la fidelidad en los escenarios. La película también cuenta con una excelente edición, una cuidada fotografía por obra y gracia de Rodrigo Prieto y una partitura del cada vez más solicitado Alexandre Desplat. No entraremos a valorar el hecho de que posiblemente Affleck haya hecho una película dirigida únicamente al público estadounidense, ya que se comenta que en la operación estuvieron más países implicados que el mérito no es exclusivo de EEUU, pero ya sabemos lo patrioteros que se ponen en sus películas, por lo que hay que saber separar la calidad del film del modo en que se pretende contarnos la historia.





     Ya he reseñado con anterioridad que Affleck no es santo de mi devoción interpretativamente hablando, ya que aunque no es un auténtico desastre como actor sí que observamos película tras película sus limitaciones. En la película encarna a Tony Mendez, el héroe encargado de sacar a los diplomáticos de Teherán, en un papel pensado para Brad Pitt, que no pudo hacer debido a problemas de agenda. Lo que sí hace Affleck muy bien es rodearse de estupendos secundarios, y en esta ocasión destacan por encima de todos John Goodman y Alan Arkin, que interpretan a un veterano maquillador de Hollywood y un productor de cine a los que Mendez pide ayuda para urdir su plan. Los momentos en pantalla de ambos son absolutamente deliciosos. También debo mencionar a Bryan Cranston, que interpreta al jefe de Mendez, y que se está convirtiendo en presencia habitual en los últimos años en toda buena película que se precie (con excepciones como Total Recall (2012).


     En definitiva, una de las mejores opciones de la cartelera que constituye una prueba fehaciente de que el gran cine no está reñido con el entretenimiento, con una fantástica ambientación que nos traslada a finales de los años 70 y principios de los 80 y un suspense que crece de manera paulatina, y que confirma a Ben Affleck como uno de los nombres a tener en cuenta en los próximos años.


LO MEJOR: La ambientación; suspense del de comerse las uñas; los secundarios.

LO PEOR: Cierto tufillo propagandístico; la impresión de que no se nos cuenta la historia completa.

MI NOTA: 9/10

LA FRASE: "-¿No tienen una idea menos mala? - Esta es la idea menos mala que tenemos señor...con diferencia."



                                                                  TRAILER



viernes, 9 de noviembre de 2012

Crítica: Sinister (2012)

FICHA TÉCNICA

Película: Sinister. Director: Scott Derrickson. País: USA. Año: 2012. Duración: 110 min. Género: Terror. Intérpretes: Ethan Hawke (Ellison Oswalt), Vincent D’Onofrio (profesor Jonas), Fred Dalton Thompson (Sheriff), James Ransone (Alguacil), Clare Foley (Ashley Oswalt), Juliet Rylance (Tracy Oswalt), Michael Hall D'Addario (Trevor Oswalt), Nicholas King (Bughuul/Mr. Boogie). Guión: Scott Derrickson y C. Robert Cargill. Producción: Jason Blum, Brian Kavanaugh-Jones. Música: Christopher Young. Fotografía: Chris Norr. Montaje: Frédéric Thoraval. Diseño de producción: David Brisbin. Vestuario: Abby O’Sullivan. Distribuidora: Aurum.







SINOPSIS: Un escritor de éxito en horas bajas viaja con su familia a lo largo y ancho del país para investigar terribles asesinatos que luego convierte en libros. Cuando llega a una casa donde ha tenido lugar el asesinato de una familia, encuentra una serie de cintas que desvelan horribles pistas que van más allá del esclarecimiento de la tragedia.


     Tras los éxitos (en taquilla, principalmente, de la crítica mejor ni hablamos) cosechados por Paranormal Activity (2007) (y sus tres secuelas, con la cuarta en camino) e Insidious (2010), los productores de ambas vuelven con Sinister para sembrar el terror en las salas de cine. El cine de terror siempre ha supuesto un buen gancho para el espectador, deseoso de emociones fuertes y muy predispuesto a pasar un mal rato en el cine. Desafortunadamente, la falta de originalidad en los guiones y la sensación de que difícilmente una película de terror puede acabar sorprendiéndonos supone un hándicap bastante importante. "Sinister" nos ofrece un planteamiento original en su primeros 45 minutos para después acabar fagocitada por muchos de los convencionalismos del género, dejándose llevar por los clichés y dejándonos un regusto amargo hasta la conclusión final, veladamente sorprendente. En esta ocasión, el encargado del proyecto es Scott Derrickson, director de la infame Ultimátum a la Tierra (2008) y de la denostada injustamente El exorcismo de Emily Rose (2005), por lo que vuelve al que al parecer es el género en el que mejor se desenvuelve




     Entre las virtudes de la película, podemos destacar el hecho de que da auténtico mal rollo, ya que durante todo el metraje se respira una atmósfera malsana, en la que el suspense va in crescendo y en la que somos partícipes de las tensas situaciones que vive el protagonista, así como del crecimiento de su obsesión por saber más y del punto de partida de una progresiva autodestrucción. El uso del Super 8 se erige en un recurso muy efectivo (también efectista), ya que es durante el visionado de los asesinatos donde la angustia y el malestar se adueñan del espectador. Para remarcar la tensión y el suspense se hace un uso marcado del sonido muy habitual en estas producciones, pero que aquí se vuelve más importante, así como de una BSO asfixiante y macabra, de las mejores que he oído en una película de terror. Todo se centra en la sugestión y en la imaginación, en transmitirnos el terror en estado puro cuando nos enfrentamos a lo desconocido. Y es precisamente en el momento en el que se desvía de ese ejercicio de sugestión y empieza a mostrarnos explícitamente aspectos importantes de la trama cuando se convierte en una más del montón y empieza a recurrir a sustos mil y una vez vistos y de ningún modo sorprendentes, tirando por tierra todo lo conseguido hasta ese momento.




     Todo el peso interpretativo recae sobre Ethan Hawke, que sale en casi todas las escenas y que consigue transmitir a la perfección la evolución del personaje, que va del Ellison sin escrúpulos que no duda en sacar beneficio de una tragedia a un personaje desbordado por las circunstancias y atenazado por el terror, y que camina por la delgada línea que separa la cordura de la locura. Y si hay un personaje que chirría es el del ayudante de policía que se convierte a su vez en ayudante de Ellison, interpretado por James Ransone y que carga con la parte cómica de la película, absolutamente innecesario a mi parecer, y que lo único que consigue es romper con el clima asfixiante que se va formando. Papeles pequeños e insustanciales para los que se encargan de interpretar a la familia del protagonista, y sí destacable el deVincent D'Onofrio, corto pero vital en lo que a la trama se refiere.


     En definitiva, una más que aceptable propuesta de terror que consigue meternos el miedo y la tensión en el cuerpo durante gran parte del metraje pero que pisa en falso en el momento en el que opta por enseñar más que sugerir, pero que mantiene el interés hasta el final gracias principalmente a la labor de su actor protagonista y el recurso de las grabaciones en Super 8. Todavía esperamos la película de terror perfecta, pero es indudable que "Sinister" se queda cerca.


LO MEJOR: Las cintas de los asesinatos; la atmósfera malsana que se respira; Ethan Hawke; un par de sustos bien logrados; la escena del móvil.

LO PEOR: El recurso del susto fácil; momentos cómicos metidos con calzador; secundarios algo sosos.

MI NOTA: 7/10

LA FRASE: "El único vínculo entre los casos es este símbolo".


TRAILER: En esta ocasión no pongo el trailer porque destripa TODA LA TRAMA, y es una película que se disfruta más sin saber prácticamente nada de ella.


viernes, 2 de noviembre de 2012

Crítica: Skyfall (2012)

FICHA TÉCNICA

Película: Skyfall. Dirección: Sam Mendes. Países: Reino Unido y USA. Año: 2012. Duración: 143 min. Género: Acción, thriller. Intérpretes: Daniel Craig (James Bond), Judi Dench (M), Bérénice Marlohe (Sévérine), Javier Bardem (Silva), Ralph Fiennes (Gareth Mallory), Ben Whishaw (Q), Naomie Harris (Eve), Helen McCrory (Clair), Albert Finney (Kincade), Ola Rapace (Patrice). Guión: John Logan, Neal Purvis y Robert Wade; a partir de los personajes creados por Ian Fleming. Producción: Barbara Broccoli y Michael G. Wilson. Música: Thomas Newman. Fotografía: Roger Deakins. Montaje: Stuart Baird. Diseño de producción: Dennis Gassner. Vestuario: Jany Temime. Distribuidora: Sony Pictures Releasing de España.






SINOPSIS: La lealtad del mejor agente de los servicios británicos, James Bond (Daniel Craig), hacia su superiora M (Judi Dench) se verá seriamente puesta a prueba cuando el pasado de ella vuelve para atormentarla. El MI6 sufre un ataque, y 007 debe localizar y destruir la amenaza, liderada por el villano Silva (Javier Bardem), y en la que contará con la ayuda de la agente Eve (Naomie Harris).


     Llega a nuestras pantallas la aventura número 23 de James Bond, y la tercera protagonizada por Daniel Craig, cuando se cumple el 50 aniversario de la saga que cuenta las andanzas del agente secreto más famoso de todos los tiempos. Y llega con nuevo director, Sam Mendes, extraordinario realizador que no había entrado nunca de lleno en el cine de acción y que deja en la saga su sello personal, algo que los seguidores de James Bond agradecemos, puesto que la anterior película, 007: Quantum of Solace (2008), no consiguió establecer un continuismo del exitoso camino que había empezado a marcar Casino Royale (2006), una vuelta de tuerca al personaje que en esta última película se hace más marcada, ofreciéndonos posiblemente el Bond más oscuro y humano. Cada nueva entrega provoca enfrentamientos entre los amantes del Bond de toda la vida y el que ha encarnado Craig en estas tres últimas películas, y bien es cierto que la saga necesitaba nuevos aires, ya que corría el riesgo de convertirse en una caricatura de sí misma y la fórmula podría llegar a agotar. ¿El mejor film de Bond? Numerosos críticos así lo aseveran, y el tiempo, la taquilla y los espectadores tienen la última palabra.





     Sin duda, lo más significativo en cuanto a cambios se refiere es que se le ha querido dar a la película una dimensión más introspectiva, se ha escatimado en escenas de acción para apostar por más escenas de diálogo, lo que no implica que no disfrutemos de varias set pieces al más puro estilo Bond. Y todo para dar una mayor profundidad a los personajes, en especial a Bond, del que vemos el lado más humano a lo largo de todo el metraje, al que vemos sufrir, emborracharse o sentirse algo obsoleto, e incluso se atreve a bucear (muy por la superficie) en los orígenes del agente secreto. En resumen, nos presenta a un James Bond humano, alejado del arquetipo que escenificó hasta sus cotas más irreales Pierce Brosnan, tornando al agente secreto en una especie de superhombre. Y es más, me atrevo a considerar que "Skyfall" supone una desmitificación absoluta del personaje y todo lo que le ha rodeado en las 22 películas anteriores, algo que se ve reflejado en la escena con el nuevo Q, que aleja a James Bond de toda la parafernalia y equipación que siempre lleva, reduciendo los gadgets típicos de la saga a algo más acorde a los tiempos (¿de crisis?) que vivimos. Incluso existe el atrevimiento claro de dar un escaso protagonismo a las habituales chicas Bond, que pasan más desapercibidas de lo habitual. Por lo tanto, la dualidad moderno/obsoleto está más presente que nunca, invitando a pensar si Bond es una reliquia o bien alguien que siempre será necesario para los intereses de la Corona Británica.


     Si nos ceñimos a los aspectos técnicos, por encima de todo me gustaría destacar la estupenda fotografía de Roger Deakins, que luce fantástica en la larga escena que cierra la película, y que imbuye a la película un signo de identidad propio. Momentos como este y el de la pelea a contraluz en el rascacielos convierten a la película en un placer visual pocas veces visto con anterioridad en la saga. La BSO no es de las que dejan huella, pero la partitura de Thomas Newman posee más atractivo que la de "Casino Royale".  Por otro lado, la canción de Adele ha supuesto para mí una pequeña decepción, ya que es muy, muy normalita, máxime si la comparamos con el You know my name de Chris Cornell que suena en "Casino Royale", ateniéndonos, eso sí, a las tres últimas películas de la saga, pues en las 20 anteriores hay temas notabilísimos.




     El trío interpretativo formado por Daniel Craig, Judi Dench y Javier Bardem es la gran piedra angular sobre la que se cimenta toda la película. Poco a poco Craig va haciendo el personaje suyo, hasta el punto de que la competencia con Sean Connery por ser el mejor Bond está cada vez más igualado, teniendo ya claro que ha superado a los demás actores que han encarnado al agente secreto. El nuevo enfoque del personaje hace que Craig alcance registros no vistos anteriormente. Judi Dench está de 10, confirmándose como una de las mejores actrices de la actualidad, explotando con maestría la relación jefa/subordinado entre M y Bond y como esta se va tornando en algo más personal, una relación madre/hijo que alcanza su máxima expresión en esta película. A Bardem le han dado carta blanca para construir al villano de la función, ofreciéndonos un personaje histriónico/oscuro/afeminado cuyos encuentros con Bond y M no terminan de cuajar, lo que no es obstáculo para que su actuación sea atrayente. Entre los secundarios destacan Ralph Fiennes y Ben Wishaw como el nuevo Q. Como ya he apuntado con anterioridad, Naomie Harris y Bérénice Marlohe ofrecen dos de las chicas Bond más descafeinadas de toda la saga, aunque la primera viene con sorpresa final.


     En definitiva, nuevos aires para la saga de James Bond, modelando un universo alejado de los excesos irreales de otras partes de la serie y presentando a un Bond más humano en un mundo más acorde a lo que vivimos en la actualidad. Para ello se sirve de un trío protagonista muy destacable y de un director con un estilo propio que no desentona con el rumbo que toman las aventuras del agente 007.


LO MEJOR: Los tres protagonistas; la fotografía; un Bond mas realista; la dirección de Mendes.

LO PEOR: Las chicas Bond; falta alguna escena de acción; la canción de Adele.

MI NOTA: 8,75/10

LA FRASE: "¿Qué esperabas? ¿Un bolígrafo explosivo?"


                                             TRAILER