lunes, 8 de octubre de 2012

Crítica: Warrior (2011)

FICHA TÉCNICA

Película: Warrior. Título Original: Warrior. Director: Gavin O’Connor. País: USA. Año: 2011. Género: Acción, artes marciales, drama. Intérpretes: Tom Hardy (Tommy Conlon), Joel Edgerton (Brendan Conlon), Nick Nolte (Paddy Conlon), Jennifer Morrison (Tess Conlon), Maximiliano Hernández (Colt Boyd), Frank Grillo (Frank Campana), Erik Apple (Pete Grimes). Guión: Anthony Tambakis. Producción: Gavin O’Connor y Greg O’Connor. Fotografía: Masanobu Takayanagi. Música: Mark Isham. Montaje: Sean Albertson. Diseño de producción: Daniel Leigh. Vestuario: Abigail Murray. Fecha de estreno en España: No se ha estrenado.








SINOPSIS: "Warrior" es un drama ambientado en el mundo de las artes marciales mixtas. Un veterano de Vietnam (Nolte) abandona el boxeo para trabajar en una fundición de acero. Sus graves problemas con el alcohol han destrozado a su familia, pero llega un momento en que, arrepentido, deja la bebida y decide entrenar a su hijo más joven (Tom Hardy) para que participe en un torneo de artes marciales, en el que también participa su hermano mayor (Joel Edgerton).


     Existen una serie de películas que pasan de puntillas por nuestras vidas, tan de puntillas que si no estamos atentos a su aparición pasan de largo, y este es el caso de "Warrior". Viendo el cartel y la sinopsis puede espantar a un amplio espectro de gente, que la catalogue como una película más de lucha sin ningún tipo de argumento y dirigida a adolescentes con la testosterona por las  nubes, siendo especialmente susceptibles de pensar esto aquellos que tengan fresca en la memoria otra película del mismo corte, The Fighter (2010), que sí que tuvo una promoción descomunal con la vista puesta en los Oscars, mientras que la que nos ocupa se ha movido en circuitos más pequeños. Pero el boca-oreja es caprichoso, y poco a poco va consiguiendo que se trate a la película como realmente se merece, como uno de los dramas mejor elaborados de los últimos años, con tres potentes interpretaciones.



     En "Warrior" no nos vamos a encontrar una retorcida trama, ni pretende convertirse en un ensayo concienzudo y gafapasta sobre las relaciones humanas. "Warrior" trata básicamente sobre las personas, el amor, la familia, la búsqueda de la redención, el honor y el sentimiento de culpa que nos carcome en muchos momentos de la vida, y todo enmarcado en el, poco utilizado en el cine, mundo de las artes marciales mixtas, que añaden espectacularidad a los combates y en las que subyace parte de la personalidad de los dos hermanos protagonistas. Tommy Conlon regresa a la que es su casa después de su paso como marine en Iraq, con la intención de que le entrene su padre, Paddy, un ex-alcohólico que con sus actos consiguió destrozar a su familia, para participar en un torneo que otorga cinco millones de dólares al ganador. El triángulo lo completa Brendan, padre de familia y ahogado por las deudas, que decide participar en ese mismo torneo. A través de las dos horas de película vamos conociendo las motivaciones de los personajes para tratar de alcanzar sus propios objetivos en la vida, y también retazos del pasado que arrojan luz sobre la colisión de personalidades a la que asistimos durante el metraje. No quiero contar más de lo necesario, porque la gracia está en ir descubriendo poco a poco a cada uno de los personajes, y ver cómo puede ir cambiando nuestro pensamiento sobre los mismos. Eso sí, la película está llena de todos los clichés posibles en lo que a dramas deportivos se refiere, pero no debemos caer en el error de considerar que esto afecta negativamente a la impresión que nos puede dejar. Y esto se debe a que la relación entre el trío protagonista es tan intensa que absorbe todo nuestro interés. El director, Gavin O´Connor, se centra de manera espléndida en las conversaciones que los protagonistas mantienen cara a cara, siendo especialmente intensa en la que sucede en una habitación de hotel entre Paddy y Tommy. Además, las peleas están muy bien rodadas y están llenas de emoción, por lo que el contrapunto entre momentos llenos de gran sentimentalismo y fuerza dramática y los momentos de lucha está plenamente conseguido y justificado.




     Pero la joya de la corona en esta película son, sin ninguna duda, las interpretaciones. Tom Hardy se encarga de Tommy Conlon, el hermano que vuelve de Iraq y decide participar en el campeonato a causa de una promesa. Hardy encarna a la perfección la fuerza bruta, el ver la lucha como un medio de canalizar toda la ira que ha ido acumulando con los años, y en la que tienen mucho que ver su padre y en menor medida su hermano. Joel Edgerton es Brendan, el hermano mayor, con pasado en las artes marciales mixtas pero maestro en la actualidad. Edgerton hace suyo un personaje más comedido, lejos de la ferocidad de su hermano y más centrado en su familia, pero también con mucho rencor hacia su padre. Dejo para el final la gran interpretación de Nick Nolte, que literalmente se sale, comiéndose con patatas a sus dos compañeros de función. Sus actos en el pasado terminan moldeando las personalidades de sus hijos, de ahí que busque la redención a cualquier precio.


     En definitiva, una película que ha sido injustamente tratada en lo que a su distribución en España se refiere y que merece que le demos una oportunidad, puesto que tiene mucho que ofrecer. Ofrece un amplio abanico de emociones durante su visionado, lo que supone una auténtica delicia para el espectador, dejando contentos también aquellos que buscan emoción en los combates más allá de las relaciones humanas. 

LO MEJOR: El trío protagonista; el contrapunto entre drama y combates; escenas dramáticas tremendas; descubrir estas pequeñas joyas.

LO PEOR: Que no se haya estrenado en cines; que la gente la tome como una "peli de tortas" más; final anticlimático.

MI NOTA: 9/10


                                             TRAILER

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