domingo, 7 de mayo de 2017

Crítica: Fast & Furious 8 (2017)

FICHA TÉCNICA
Título: Fast & Furious 8 País: Estados Unidos Duración: 136 minutos Género: Acción, Aventura, Crimen Director: F. Gary Gray Guión: Chris Morgan Productores: Vin Diesel, Neal H.Moritz Música: Brian Tyler Fotografía: Stephen F. Windon Montaje: Paul Rubell, Christian Wagner Intérpretes: Vin Diesel, Dwayne Johnson, Jason Statham, Michelle Rodríguez, Tyrese Gibson, Ludacris, Charlize Theron, Kurt Russell Estreno en España: 12 de abril de 2017 Calificación: No recomendada a menores de 16 años





SINOPSIS: Con Dom y Letty de luna de miel, Brian y Mia fuera del juego y el resto de la pandilla exonerada de todo cargo, el equipo está instalado en una vida aparentemente normal. Pero cuando una misteriosa mujer (Theron) seduce a Dom (Diesel) para regresar nuevamente al mundo del crimen, se ve incapaz de rechazar la oportunidad...

CRÍTICADentro de unos meses se van a cumplir 16 años del estreno de The Fast and the Furious (2001), y me atrevo a aventurar que ninguno de sus responsables era consciente del tremendo éxito que iba a atesorar la saga, que va por su octava entrega y que vislumbra dos más en el horizonte (la siguiente a estrenar en 2019). Sobreponiéndose a la trágica muerte de uno de sus protagonistas principales, Paul Walker (Glendale, 1973), la máquina de hacer dinero sigue perfectamente engrasada y, evidentemente, con algunas muestras de agotamiento que no van a impedir que las masas sigan acudiendo al cine a disfrutar de las andanzas de Dominic Toretto y compañía. Bien es cierto que se ha aplicado entrega a entrega la máxima de "renovarse o morir", y que año tras año se va perdiendo la intencionalidad y el espíritu de las primeras películas y que poco a poco la saga se va tornando en el hermano macarra de James Bond, terreno en el que, todo sea dicho, me siento más cómodo como espectador.

                     Seamos sinceros. "Fast & Furious 8" no aburre, e incluso se pasa en un suspiro. Todo es cuestión de no pedir peras al olmo y dejarse seducir por el desfile de todo tipo de vehículos, explosiones, chistes facilones y testosterona por las nubes. Todo vale para impresionar, incluso aquello que resulta completamente inverosímil. Pero vamos, si has llegado hasta la octava parte de la saga no te va a pillar de sorpresa. O sí. Porque cuando piensas que el nivel de espectacularidad ha llegado a su punto culminante, los responsables de la película se sacan de la chistera otro truco más para dejarte pegado en la butaca. Para ello, han encargado la dirección de la nueva entrega a F. Gary Gray (Nueva York, 1969), un habitual del cine de acción, y que ya hizo sus pinitos en el cine de persecuciones automovilísticas y atracos con The italian job (2003), y que ha tenido que adaptar su habitual temple a las exigencias de una dirección adrenalítica. Se agradece el intento de que parezca que hay algo parecido a un guión, y que incluso el libreto nos tenga reservadas un par de sorpresas, pero no esperemos una historia profunda y trabajada, porque no la hay. 

                           Uno de los atractivos principales de la saga es, sin duda, su reparto. De la cinta original únicamente quedan Vin Diesel (California, 1967), encarnando a un Dominic Toretto que debe enfrentarse a su mayor reto, y Michelle Rodríguez (Texas, 1978), como eterna compañera del ¿protagonista? Lo pongo entre signos de interrogación porque no tengo tan claro que Diesel sea el protagonista absoluto de la cinta. Es más, creo que pierde peso en beneficio de Dwayne "The Rock" Johnson (California, 1972), y es posible que esta sea una de las principales causas de la supuesta mala relación entre ambos actores. Es más, lo mejorcito de la cinta son las escenas que comparten el mencionado Johnson y Jason Statham (Derbyshire, 1967), con constantes puyas sobre los músculos del primero y la nacionalidad del segundo. Y ya que hablamos de rumores, es posible que ambos personajes compartan película más allá del universo "Fast & Furious". Comentaba más arriba que el espíritu James Bond inunda poco a poco la franquicia, y quizás uno de los aspectos que remarcan esta impresión es la inclusión de una villana muy del todo James Bond, que tiene los rasgos de Charlize Theron (Benoni, 1975), la cual traza un personaje frío y con muy mala leche, del que tal vez echemos en falta más presencia en las escenas de acción, pero que es la piedra angular sobre la que se edifica la trama. Hay alguna que otra sorpresa que no desvelaré aquí, aunque a mi juicio están bastante desaprovechadas.

                             En definitiva, adrenalina en vena durante dos horas, una sucesión de apabullantes escenas de acción con un "todo vale" llevado hasta el límite de lo absurdo pero que ya es una indudable marca de la casa. Lo mejor, dejar las neuronas en piloto automático y disfrutar del espectáculo que tenemos en pantalla, que ya habrá tiempo de sesudas soflamas filosóficas.


NOTA: 6,5/10 

                                

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