lunes, 5 de diciembre de 2011

El tiempo es oro (nunca mejor dicho)

IN TIME (2011)

Dirigida por Andrew Niccol

La acción se desarrolla en un futuro lejano (¿o tal vez no tanto?), donde el envejecimiento de la población se detiene a los 25 años, pero a partir de ahí cada segundo vale su peso en oro, todo se paga con tiempo, y si se te agota el tiempo, mueres. Will Salas, un habitante de los bajos fondos, decide emprender una cruzada personal contra una situación que considera injusta...

La premisa con la que parte la película es impresionante. Diría sin exagerar que desde Origen (2010), ninguna película había conseguido captar mi atención como lo hace esta en sus primeros 35-40 minutos, presentándonos un escenario apasionante y una trama con multitud de interrogantes. Frotándome las manos estaba ante el espectáculo que (presumiblemente) me esperaba, máxime cuando el responsable del proyecto es Andrew Niccol  director de las muy interesantes Gattaca (1997), de la que bebe la que nos ocupa, y El señor de la guerra (2005), una crítica en toda guerra de todo lo que rodea a los traficantes de armas.

Pues nada, mi gozo en un pozo. Todas las expectativas, todo el interés que había acumulado en esos 40 minutos de metraje se diluyen como un azucarillo cuando la trama se convierte en una suerte de película romántica aderezada con toques de Robin Hood y Bonnie and Clyde. Te preguntas en qué desafortunado momento se le ocurrió al director introducir el personaje femenino en la película, porque, sin ánimo de ser cruel, la destroza, literalmente. Vamos, una auténtica pena.

Es indudable que tiene momentos de buen cine, y el director consigue crear una atmósfera adecuada, consigue transmitir ese futuro desasosegante en el que se desenvuelven los protagonistas. No se acerca ni de lejos a la maestría que ya vimos en Hijos de los hombres (2006), pero contiene multitud de detalles que hacen ese futuro más creíble. Y uno de los que más juego da a la película es el del contador en el antebrazo, que permite ofrecer los momentos más emocionantes de todo el metraje.

En el apartado técnico, sin sobresalir en nada, es correcta en todo, banda sonora, fotografía, diseño de vestuario...Incluso no ofrece nada novedoso en cuanto a dirección se refiere, todo muy clásico.

Donde puede patinar un poco es en el apartado interpretativo, ya que uno no acaba de empatizar demasiado con Justin Timberlake ("zapatero a tus zapatos"), que no termina de arrancar como intérprete, ni mucho menos con la descafeinada Amanda Seyfried, un auténtico cero a la izquierda. Menos mal que pasaba por allí Cillian Murphy, a mi parecer uno de los actores más interesantes de los últimos años y que siempre aumenta con su presencia la calidad de una cinta cuando hablamos de interpretaciones.

En definitva, esta película se puede resumir en dos palabras: APASIONANTE en su primera mitad, FALLIDA en su resolución. Y es una pena, porque eso es lo que marca la diferencia entre algo que podría haber sido algo antológico y aquellas películas que se pierden en los recovecos de la memoria.

Mi nota: 6/10

3 comentarios:

  1. Estoy contigo, es Bonny and Clide en toda regla, pero a mi me ha mantenido despierta, que en mi estado cuesta! Últimamente me duermo con todas las pelis! Eso es un punto a favor! :)

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  2. A mí me mantuvo "despierta" hasta la bonita historia de amor, yo esperaba más acción.
    Mari

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  3. Pues a mí me gustó XDDDD

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